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Guías de Viajes de Creta

Creta
Creta

Mitos y laberintos bajo el sol de Grecia

La Isla de los Olivos

La Isla de los Olivos

La blanca isla de Creta es la más grande de Grecia, y también todo un referente en lo que a viajes se refiere. La mitología ubicó en esta hermosa isla el célebre Laberinto del Minotauro, supuestamente edificado por el rey Minos, hijo de Zeus y Europa. En dicho laberinto, el héroe Teseo se enfrentó con el terrible Minotauro para librar a la isla de Creta de su presencia, pudiendo entrar y salir del laberinto gracias a la ayuda de Ariadna y su hilo conductor. Mitos aparte, lo cierto es que Creta es un lugar mágico y no es extraño que esta isla haya dado pie a leyendas de todo tipo. Los marinos medievales, impresionados por la blancura de su estampa, le otorgaron el nombre latino de Candia (derivado de candidus, blanco), que se mantuvo hasta principios del siglo XX. La civilización minoica establecida en esta isla está considerada como una de las primeras de Europa; después de un declive lento y paulatino a lo largo de los siglos, actualmente el turismo ha provocado el resurgir de la isla como destino preferente para viajeros procedentes de todo el mundo.

Creta ha sido llamada también "la isla de los olivos", por la profusa presencia de estos árboles en sus llanuras y extensiones. La belleza de sus edificaciones blancas recortadas contra el azul intenso del cielo mediterráneo, y ante las transparentes aguas del mar Egeo, es motivo más que suficiente para conocer este lugar; pero lo cierto es que Creta tiene mil y una razones para convertirse en el destino de un viaje de excepción. Por ejemplo, el patrimonio histórico y arquitectónico que luce, orgullosa: en la isla se pueden visitar magníficos palacios de la época minoica como Knossos, Faistos y Málica. Zonas turísticas, abruptos acantilados, hermosas playas y cadenas montañosas se reparten por la superficie de la isla, formando un conjunto con cualidades para satisfacer los deseos de cualquier turista o viajero, por exigente que éste sea.

Creta se puede disfrutar por el interior o desde el mar. Los más afortunados pueden alquilar un barco para recorrer las escarpadas costas de la isla, visitando las calas más escondidas y recoletas; pero también es posible conocer a fondo su superficie desplazándose pausadamente por las carreteras y los caminos de interior. Visitar los pueblos pintorescos, todavía con mucha autenticidad escondida, para degustar allí las delicias de la gastronomía local o descubrir la artesanía más especial, es un plan estupendo para las vacaciones. De la misma forma que lo es descansar al sol en alguna de las playas de la isla, entre las que destacan las del noroeste por sus aguas cálidas y tranquilas. Y por supuesto, vivir de cerca la noche cretense, que se muestra en todo su esplendor en algunas de las ciudades más importantes de la isla como Malia, La Canea (Jánia), Herakleion o Lasithi. Un amplio abanico de posibilidades espera al viajero que decida encaminar sus pasos hacia la mágica isla de Creta, uno de los lugares más bellos entre los que el Mediterráneo esconde en sus entrañas.

Palacios minoicos, playas y naturaleza para descubrir

Palacios minoicos, playas y naturaleza para descubrir

La amplia extensión de la isla de Creta le permite albergar una gran diversidad de paisajes, además de varias ciudades con mucho para descubrir. En Creta es posible contemplar grandes explanadas de olivos, pero también frondosos bosques mediterráneos que dan sombra a gargantas profundas, escondidas entre montañas. Sus costas presentan acantilados que caen a plomo sobre el mar, pero también nos regalan la presencia de magníficas playas, que están entre las mejores del archipiélago de las Islas Griegas.

Probablemente los viajeros que acudan a Creta lo hagan en gran parte atraídos por las playas y la naturaleza, pero muchos de ellos sin duda acudirán al reclamo de la Historia antigua. La ciudad más célebre en este sentido, y también la capital de la isla, es Heraklion (o Iraklion). Una de las zonas más interesantes y atractivas de esta ciudad es el fuerte veneciano que se adentra en el mar; después de visitarlo, también es posible acercarse a la Plaza Eleftheriou Venizelou, un lugar perfecto para disfrutar del ambiente local y realizar compras. Pero si algo caracteriza especialmente a Heraklion es que muy cerca de la ciudad está el palacio de Knossos, el más famoso de la isla por su belleza y su relevancia. La intrincada estructura de este palacio, en el cual se puede contemplar el famosísimo fresco de los Delfines y otros de similar belleza, probablemente dio lugar en origen a la leyenda del Laberinto del rey Minos. Faistos, Mália o Hagia Triada, salpicados por la isla, son también restos arquitectónicos muy interesantes que merece la pena conocer.

Otra ciudad que hay que visitar (y por muchos motivos) es Rethymno, una villa encantadora de la costa que cuenta también con su particular fuerte veneciano y un antiguo puerto, también de estilo veneciano. La villa ostenta multitud de restaurantes en los que degustar una deliciosa comida típica, mientras nos relajamos contemplando el bamboleo de los barcos en las tranquilas aguas portuarias. Las callejuelas estrechas, el ambiente de la pequeña ciudad y los mercados y puestos que surgen por doquier, justifican ya de por sí una visita a Rethymno. Esta población también cuenta con una mezquita turca, una iglesia veneciana y un interesante museo arqueológico. Y para terminar nuestro periplo por las poblaciones de mayor interés de Creta, no podemos dejar de mencionar La Canea o Jánia (para muchos, la ciudad más hermosa de la isla), con su puerto, sus mansiones y sus fortificaciones; Mália, con magníficas playas y su célebre animación nocturna, y Agios Nikólaos, una ciudad de referencia en lo que a turismo se refiere.

La naturaleza cretense se divide entre la zona interior y la costa de la isla. Al noroeste encontraremos estupendas playas donde relajarnos al sol mediterráneo. Sus aguas suelen rondar los 20º C de temperatura, y en invierno sólo descienden a alrededor de 17º C, lo que las hace perfectas para largos baños, la práctica del submarinismo y del esnórkel, y para nadar. Maravillosos arenales como Vai, la playa más famosa de la isla, o Elafonisi, considerada la más hermosa, son suficientes para dejar boquiabierto a cualquier amante de la belleza natural. Y ya hacia el interior, para ver un paisaje realmente increíble es recomendable dirigirse a la Garganta de Samaria, la más larga de Europa con sus alrededor de dieciséis kilómetros. Pertenece al Parque Natural de Samaria, catalogado como Patrimonio de la Humanidad, y está abierto desde mayo hasta octubre. Aunque hay una zona accesible a todo el público, la peligrosidad de sus escarpados riscos hace que para visitar el interior del parque sea necesario obtener el permiso de las autoridades. Cuevas, manantiales, profundos cañones y bosques esperan a los visitantes; una excelente opción es visitar el parque en un tour organizado, con el que pasar un día completo asegurándonos de ver lo más interesante.

La cocina de los Dioses y la dieta mediterránea

La cocina de los Dioses y la dieta mediterránea

Si los dioses del Olimpo griego se alimentaban de néctar y ambrosía, los cretenses no están lejos de hacer lo mismo... La gran calidad de sus productos y materias primas ofrece al visitante una gastronomía tan deliciosa como saludable. La dieta mediterránea alcanza su máxima expresión en los restaurantes y los hogares de esta isla, donde el uso del aceite de oliva en todos los platos aporta un inconfundible y aromático toque a las recetas. Especialidades elaboradas con excelentes verduras, carnes, pescados... Y sobre todo, muchas hierbas aromáticas, a las cuales los cretenses son muy aficionados. Hinojo, orégano, albahaca: aromas camperos e intensos que perfuman ensaladas y guisos, junto con otros aliños como el zumo de limón. El uso de las verduras y hortalizas es muy importante en los platos cretenses, y por extensión, griegos. Por ejemplo, es habitual el consumo de la popular ensalada griega, elaborada con tomates, pepinos, cebollas, lechuga, aceitunas negras, queso feta (un queso agrio y suave, similar al yogur) y orégano. Pero también lo es el de la popular moussaka, el plato tradicional del país, que consiste en una lasaña hecha con berenjenas, bechamel y carne.

Las carnes más populares de Creta son el cordero y la cabra, aunque también se encuentran platos de ternera o cerdo. Los kebabs son una receta de origen turco, una especie de pinchos morunos de carne de cordero o ternera, disponibles a precios ajustados en puestos callejeros y que se han convertido en un tentempié muy popular. Pero lo cierto es que la gastronomía tradicional cretense está más basada en el consumo del pescado, algo lógico si tenemos en cuenta que nos encontramos en una isla. Especies como la dorada, el pulpo, los salmonetes o el pez espada, entre otras, son habituales en las mesas preparadas a la parrilla, con arroz, a las hierbas e incluso, en el caso del pulpo, en ensalada. Otra ensalada muy especial es la ajinosalata (ensalada de erizos), con intenso sabor a yodo y a mar.

Si bien la leche no es una bebida muy habitual en Creta, sí lo es su empleo para la elaboración de deliciosos quesos, una tradición presente en todo el país. Casi todas las variedades se elaboran con leche de cabra y es tradicional consumirlas con miel. La miel también se emplea con profusión en la repostería, como por ejemplo en postres como los loukoumades (buñuelos bañados con miel); es un producto ecológico y elaborado con técnicas artesanales. En Creta también es posible degustar muchas variedades de pan, algunas de las cuales incluyen semillas, sésamo, etc., y son realmente especiales. Y para terminar, en el apartado de bebidas merece la pena mencionar los vinos cretenses. Estos caldos se elaboran desde hace la friolera de 5.000 años, y presentan notas aromáticas y frutales, con un punto ácido y un atractivo color asalmonado y brillante. Otras bebidas son el popular ouzo (licor nacional griego de alta graduación), el Chikudia(digestivo, para finalizar comidas) o el tradicional licor Eronta, que se consume caliente.

Carnavales, fiestas del vino y de la gastronomía y tradición naval

Carnavales, fiestas del vino y de la gastronomía y tradición naval

Las fiestas de Creta coinciden con el calendario europeo, pero como cualquier otro pueblo del mundo los cretenses tienen sus propias celebraciones, muchas de las cuales se centran en poblaciones y tradiciones concretas. El año festivo comienza por todo lo alto entre los meses de febrero y marzo con la celebración de los Carnavales, en griego conocidos como Apokrias. Son dos semanas de disfraces, desfiles y eventos, siendo la ciudad de Heraklion la más interesante en este aspecto, aunque otras localidades como Rethymno también son dignas de visitar durante estas fechas. Ya en la primavera, durante el mes de mayo se conmemora en la isla la Batalla de Creta, mientras que en junio tiene lugar la fiesta de la recolección de la castaña en localidades como Elos Kisamos y Prases Kidonias. El mes de julio ve cómo en Suda se celebra la popular Semana Naval, mientras que el Agosto Agrícola tiene lugar en La Canea (Jánia), y las actividades relacionadas con la luna llena de agosto se celebran en la población de Itzentin.

En el mes de julio, tanto Rethymno como Heralion celebran la Fiesta del Vino, un evento al que merece la pena asistir. Las gentes de ambas ciudades salen a las calles con el objetivo de degustar los diferentes vinos que se ponen a su disposición por parte de las bodegas. Ya en el mes de octubre se celebra en Creta una festividad de curioso nombre: se llama Ochi, que significa "No" y tiene lugar el día 28. En ella se conmemora la negativa del pueblo griego ante la intención de las tropas italianas de entrar en el país, lo que hizo que el ejército invasor tuviera que replegarse de nuevo a Albania. Son días de desfiles militares y actos religiosos por parte de la Iglesia Ortodoxa Griega.

Además de las distintas festividades de los pueblos y ciudades cretenses, en algunas de ellas, como Heraklion o La Canea (Jánia), es posible disfrutar de una vida nocturna increíblemente divertida. Salir a cenar a algún restaurante con terraza (y si es posible frente al mar, mucho mejor...) para luego dirigirse a las zonas de pubs a tomar una copa, o a las estupendas discotecas para celebrar las animadas noches mediterráneas hasta el amanecer, puede ser un estupendo remate para un día de turismo y belleza a lo largo y ancho de la incomparable isla de Creta.

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