Enamórate de dos de los grandes tesoros de Asia oriental

Imagínate por un momento adentrándote en los imponentes pabellones y jardines zen de la Ciudad Prohibida, visitando el lugar de oración de los emperadores Ming y Qing, contemplando cómo la Gran Muralla se pierde más allá del horizonte... Todos estos rincones mágicos te aguardan en Pekín, la fascinante capital de China.

Y como colofón a este viaje de leyenda, podrás recorrer los míticos templos de Angkor, la joya camboyana por antonomasia y el mayor complejo religioso del mundo.

Tú organizas tu tiempo como desees: nosotros nos encargamos de que el vuelo, el alojamiento y los traslados desde y hacia el aeropuerto estén a la altura de una experiencia que te cambiará la vida.

¡Que no te lo cuenten!

China y Camboya: Pekín y Seam Reap

Día 1: España-Pekín

Vuelo desde tu ciudad de origen a Pekín o Beijing. Noche a bordo.

Día 2: Pekín

Llegada a Pekín, traslado al hotel y resto del día libre para empezar a disfrutar de la ciudad con total libertad. Alojamiento.

Día 3: Pekín

Disfruta de un día libre en la capital china. Alojamiento.

Día 4: Pekín

Jornada libre en Pekín en régimen de solo alojamiento.

Día 5: Pekín-Siem Reap

A la hora acordada, traslado al aeropuerto para volar a Siem Reap, en Camboya. Llegada y traslado desde el aeropuerto al hotel seleccionado en Siem Reap. Resto del día libre y alojamiento.

Día 6: Siem Reap

Jornada libre en Siem Reap para recorrer los templos de Angkor. Alojamiento.

Día 7: Siem Reap

Aprovecha este día libre para seguir explorando Angkor. Alojamiento.

Día 8: Siem Reap-España

A la hora acordada, traslado al aeropuerto. Vuelo con destino ciudad de origen. Noche a bordo.

Día 9: España

Llegada. Fin del viaje y de nuestros servicios.

VISITAR UN HUTONG DE PEKÍN EN RICKSHAW

¡Admira la arquitectura tradicional china!

No todo son rascacielos y grandes bloques de hormigón en Pekín. De hecho, en algunas calles del centro histórico, aún es posible encontrar maravillas como la Ciudad Prohibida y otras interesantísimas muestras de la arquitectura y el urbanismo más tradicionales de China. ¿Te apetecería conocerlas mientras paseas tranquilamente en rickshaw?

Esta actividad te permitirá descubrir de primera mano los llamados siheyuan, uno de los elementos más característicos de la capital del país. Estas construcciones consisten en un recinto cuadrado con habitaciones que encierran un patio central, normalmente dotado de vegetación. Los siheyuan se alzan sobre los no menos típicos hutong, calles y callejones que conectan el interior del casco antiguo. Muchos de ellos son tan angostos que ni tan siquiera permiten que los coches puedan circular, por lo que el uso del rickshaw es la mejor opción para recorrer estos pintorescos rincones de la antigua Pekin, cada vez más escasos.

El motivo de que los pekineses poco a poco fueran abandonando los siheyuan para instalarse en pisos es evidente, ya que estas viviendas carecían de agua corriente y de sanitarios.

¿Sabías que...?

...los primeros hutong datan del siglo XIII, momento en el que China estaba gobernada por la dinastía Yuan (1279-1368), originaria de Mongolia?

De hecho, esta palabra deriva del término mongol huttog, que significa 'bien'. Y eso es precisamente lo que brindaban estas recoletas callejuelas: una cierta calidad de vida para la población local. No obstante, pese a esta preocupación de los mandatarios de la época por sus súbditos y sus innegables esfuerzos por adaptarse a la cultura china -hasta el punto de bautizar su dinastía con un nombre en mandarín-, la clara predilección del emperador Kubilai Khan por los extranjeros en la Administración en detrimento de la población local acabaría erosionando su imagen. Poco después, en 1368, una dinastía autóctona, la Ming, acabaría expulsando a los mongoles del trono de China.

RECORRER EL TEMPLO DEL CIELO EN PEKÍN

¡Disfruta del edificio religioso más importante de la capital china!

Uno de los grandes atractivos de la capital del país asiático es el templo del Cielo (Tien Tian), el principal edificio religioso de Pekín y un rincón de visita obligada para todos aquellos que aterrizan por vez primera en la antigua capital imperial. Por lo tanto, te animamos que aproveches la tarde del segundo día del viaje para conocer este santuario único, que desde 1998 forma parte de la lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO.

La peculiar distribución arquitectónica del templo, erigido en 1420 y con una superficie de 273 hectáreas, remite a una antigua creencia china, que aboga por la representación de un cielo de forma semiesférica y de una tierra plana. Este enclave se convirtió en el oratorio por excelencia de los emperadores de la dinastía Ming (1368-1644) y Qing (1644-1911), enclave al que acudían para pedir cosechas abundantes a los antepasados.

Uno de los edificios que merece una especial atención es su espectacular altar circular. Levantado en 1530, fue construido con losas de mármol repartidas en nueve círculos concéntricos y sirvió para albergar sacrificios. Otros reclamos no menos interesantes son el Salón de la Abstinencia, en el que el emperador pasaba la noche previa a los rituales; el templo de las Rogativas por las Buenas Cosechas (Qinian Dian), un atractivo edificio circular azul que simboliza el cielo, y la Bóveda Imperial del Cielo, un pabellón en el que se guardaban los elementos ceremoniales. Esta construcción estás circundada por el llamado Muro del Eco, un panel en el que se reproducen sorprendentes efectos sonoros.

¿Sabías que...?

…tradicionalmente, los chinos escogían el templo al que acudían a rezar en función de su apellido?

Lejos de tratarse de un hecho anecdótico, esta circunstancia ilustra a la perfección la enorme influencia de los ancestros en las creencias populares del País del Dragón. De hecho, aún se siguen celebrando festividades en las que se recuerda a los miembros de la familia ya fallecidos. Un buen ejemplo es el festival de los Fantasmas Hambrientos, que coincide con el séptimo mes lunar del calendario chino. Durante este período, se cree que las puertas del cielo se abren, circunstancia que es aprovechada por los espíritus para regresar al mundo de los vivos. Asimismo, durante el festival de Qinming o Día de los Difuntos, que suele coincidir con el mes de abril, se honra la memoria de los ancestros.

La importancia de dirigir plegarias a los antepasados llega hasta el punto de que, en las áreas rurales, las familias con una sola hija llegaban a pagar grandes cantidades de dinero al marido de la joven para que renunciara a su apellido y adoptara el de su esposa, lo que garantizaba la continuidad del mismo y, por tanto, que las generaciones venideras continuaran rezando a los muertos de esa estirpe.

ADMIRAR LA CIUDAD PROHIBIDA

Ríndete al lujo y ostentación del País del Centro

Entre los puntos indispensables de la capital china, destaca la inenarrable Ciudad Prohibida (Zijin Cheng). Este espectacular recinto de 0,72 km², añadida en 1987 a la lista del Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, fue la sede de la corte en tiempos de las dinastías Ming y la Qing. La construcción se inició en 1404 por deseo del emperador Yongle, mandatario que se encuentra enterrado a pocos kilómetros de Pekín. Actualmente, la Ciudad Prohibida concentra unos 800 edificios con más de 9.000 dependencias, así como la mayor colección de estructuras de madera antiguas del mundo. Durante nuestro recorrido, no te pierda sus tres tronos imperiales —ante los que se siguen formando aglomeraciones— y sus señoriales jardines, salpicados de árboles con troncos en forma de i griega invertida (representando el carácter人, rén, que significa ‘persona’).
Un poco de historia

Para dar con los orígenes de Pekín, habría que retroceder casi tres milenios. De hecho, durante el período de las Primaveras y los Otoños y los Reinos Combatientes (770 a.C.-221 a.C.), el reinado de Ji tenía su capital donde hoy se eleva la actual urbe. Durante las dinastías Qin (221 a.C.-206 a.C.), Han (206 a.C.-220 d.C.) y el período de los Tres Reinos (220-280), Beijing ocuparía la frontera norte del imperio.

Su importancia se acrecentó en 1272, cuando el emperador mongol Kubilai Khan decidió establecer allí su corte, aprovechando que esta localidad se hallaba en un cruce de estratégicas rutas de montaña. Una situación similar se repetiría en 1403, cuando el tercer emperador de la dinastía Ming (1368-1644), Yongle (1360-1424), decidió trasladar la capitalidad de Nanjing a Beijing (de hecho, este topónimo significa ‘capital del norte’), proceso que finalizaría en 1421. Hasta 1911, año en el que fue depuesto el último emperador chino, Pu Yi, la ciudad albergó la corte imperial.

En la actualidad, una de las características más definitorias de esta enorme urbe es su estructura axial. A pesar de que en los últimos años Beijing ha vivido un importante boom constructivo impulsado por el extraordinario desarrollo del país y la cita olímpica del 2008 —bien patente en sus enormes rascacielos—, la arquitectura tradicional china sigue presente gracias a la excelente conservación de sus edificios históricos. Algo que, desgraciadamente, no ha sucedido con las murallas, demolidas en 1949 —fecha en la que Mao Zedong proclamó la República Popular— para favorecer el crecimiento urbanístico.

PASEAR POR LA GRAN MURALLA

Camina por la principal obra de ingeniería de la historia

Sin duda, el gran icono del gigante asiático es Gran Muralla (Chang Cheng). Incluida en la lista del Patrimonio de Humanidad de la UNESCO en 1987 y elegida como una de las Siete Nuevas Maravillas del Mundo en el 2007 por votación popular, es un verdadero prodigio de ingeniería defensiva y uno de los monumentos más admirados de Asia.

Iniciada en el siglo V a.C., se concluyó en el siglo XVI, en tiempos de la dinastía Ming. En su período de máximo esplendor, la muralla alcanzó los 20.000 km de longitud, que se extendían entre el desierto del Gobi y la península coreana. Actualmente, sólo se conservan 8.851,8 km. Su altura fluctúa entre los 6 y los 7 m, y tiene entre 4 y 5 m de amplitud. Para que puedas pasear por su trazado y sus torres de vigilancia sin problemas, opta por un calzado deportivo y cerrado (¡nada de tacones o chanclas!), y lleva contigo protección solar (sobre todo si viajas en verano) y una gorra. Como recompensa, nos espera un suculento almuerzo, incluido en el programa.

De vuelta a Pekín, no dejes de detenerte en las inmediaciones del Cubo del Agua —oficialmente,

Centro Nacional de Natación— y del estadio del Nido del Pájaro o Estadio Nacional, proyectado por los arquitectos de Jacques Herzog y Pierre de Meuron para albergar las pruebas atlética de los Juegos Olímpicos del 2008. Desde allí, podrás sacar unas fotos únicas.
Gastronomía china

Muy probablemente, los chinos fueron la primera civilización en incluir el pato en su dieta de manera sistemática.

Sin ir más lejos, se calcula que domesticaron esta preciada ave hace más de 4.000 años. A tal circunstancia contribuyó, según parece, el hecho de que las migraciones de los patos fueran superiores a las de otras especies similares, como por ejemplo las ocas. Asimismo, resultaban mucho más dóciles que estas últimas —lo que facilitaba enormemente su alimentación—, y se adaptaban mejor a las condiciones de vida en granjas, engordaban con mayor celeridad y ponían más huevos que las ocas.

Curiosamente, no ocurrió lo mismo en Europa, donde durante la época romana y la Edad Media el pato apenas sí se utilizaba en la cocina, y mucho menos en banquetes señalados o para agasajar a un invitado.

Por el contrario, China es en la actualidad la mayor consumidora de carne de pato del mundo. Una circunstancia que, no obstante, no es nada nuevo. De hecho, la historia de la receta más famosa de Pekín, el pato laqueado, se remonta a los tiempos de la dinastía Yuan (1279-1368),

período en el que vio la luz el libro Recetas completas de platos y bebidas, escrito en 1330 por el inspector de las cocinas imperiales Hu Sihui. No obstante, la popularidad de este plato continuó en la siguiente dinastía, la Ming: en el siglo XV, la receta se contaba entre las favoritas de la familia imperial.

SOBREVOLAR EN GLOBO O HELICÓPTERO LOS TEMPLOS DE ANGKOR

Presencia el amanecer o la puesta de sol con los vestigios del Imperio jemer a tus pies

Si admirar los majestuosos templos de Angkor ya constituye un espectáculo único en sí mismo: ¿te imaginas cómo sería la sensación de contemplar esta maravilla arqueológica sin parangón a vista de pájaro?

Te invitamos a que dejes de contempla este sueño como una oportunidad y que te animes a avistar desde el aire esta joya arquitectónica del Imperio jemer.

Aunque en Internet no abunda la información acerca de esta actividad (al menos, en castellano), tu guía te proporcionará toda la información que precisas para disfrutar de esta increíble aventura.

Si te decantas por el globo, independientemente de la opción que elijas —ya sea un trayecto convencional en globo aerostático o bien ascender y descender en un globo fijado al suelo—, el paraje selvático en el que se despliegan los templos de Angkor te dejará sin palabras. Ante tus ojos, desfilará un rosario de campos de cultivos y arrozales pintados de un verde intenso, además de una frondosa naturaleza selvática. Y como colofón, Angkor Wat, la perla de Camboya, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1992. ¿Qué más se puede pedir?

Y no te preocupes por los posibles mareos: el globo aerostático es un medio de transporte totalmente seguro y muy estable, por lo que puedes olvidarte de tomar medicación alguna antes de este periplo. Tan sólo tendrás que preocuparte de tener tu cámara de fotos o de vídeo siempre a mano.

No obstante, si prefieres el helicóptero, esta aventura dará comienzo en el aeropuerto de Siem Reap, donde el piloto te brindará toda la información que necesitas para disfrutar al máximo de esta experiencia, y te irá indicando durante el vuelo todos aquellos lugares que merecen un especial interés. Te aconsejamos que tengas cerca tu cámara cuando pases sobre Angkor Wat, cuya construcción fue impulsada por Suryavarman II, quien reinó entre 1113 y 1150. Pese a sus generosas dimensiones, el complejo te parecerá casi insignificante desde el cielo.

¿Sabías que...

…los primeros tripulantes de un globo aerostático fueron una oveja, un gallo y un pato, que regresaron a tierra sanos y salvos?

La increíble historia de este medio de transporte se inicia con la imagen de dos hermanos franceses, Joseph-Michel y Jacques-Étienne Montgolfier, sentados junto a una fogata. Al ver el humo que ascendía de la misma, empezaron a interesarse por este fenómeno y decidieron investigar al respecto. Gracias a sus experimentos, llegaron a la conclusión de que el aire caliente era más liviano que el aire frío, y no dudaron en intentar sacar partido de esta propiedad.

Así, en septiembre de 1782, los Montgolfier lanzaron su primer prototipo de globo, y poco después, el 4 de junio de 1783, llevaron a cabo una demostración pública con un globo de diez m de diámetro en un mercado francés, confeccionado con papel y tela.

No obstante, la prueba de fuego para los audaces hermanos tendría lugar en septiembre de aquel mismo año, cuando congregaron a 130.000 personas en los jardines de Versalles para admirar su globo. Entre los asistentes, no faltaron el rey Luis XVI, la reina María Antonieta y algunos cortesanos, que fueron testigos de cómo se elevaban en su interior los animales anteriormente citados. Así, las dos aves y la oveja protagonizaron una nueva versión, esta vez a pequeña escala, del arca de Noé.

Un mes después, Jean-François Pilâtre de Rozier se convertiría en el primer ser humano en volar en globo.

HACER UNA VISITA AL WAT PREH PROM RATH, EN SEAM REAP

Vive la espiritualidad budista en primera persona

Seam Reap no solo pone a tu alcance el mayor complejo de templos del mundo, sino que también cuenta con espectaculares pagodas. Por ejemplo, la del Wat Preh Prom Rath, considerada como una de las más bonitas del país.

Situada a orillas del río y cerca del mercado Viejo (Psar Chas), este atractivo monasterio descuella por sus coloridas pinturas murales, que conviven con esculturas modernas en su interior. Si llevas a cabo la visita a primera hora de la mañana o al final de la tarde, serás testigo del quehacer de los monjes que allí residen.

Pese a las dudas existentes sobre el origen del recinto, se trata de un importante polo de interés turístico gracias a su gran buda reclinado, que se instaló en el templo principal (Preah Vihear) en 1500. Existe una leyenda que habla acerca de un barco que se convirtió en Buda, por lo que te aconsejamos prestar mucha atención a todas las informaciones que encontrarás in situ, lo que te permitirá conocer todos los detalles de esta historia.

En 1915, el templo y el monasterio principal se ampliaron para dar a cabida a una universidad y una biblioteca. Las reformas se prolongaron hasta 1945.
Descubriendo la cultura local

El 95% de los habitantes de Camboya profesa el denominado budismo theravada, también conocido como hinayana o de la Pequeña Balsa.

Ésta fue una de las 19 escuelas nikaya que formaron el budismo original, y que se desarrolló en la India a partir del siglo III a.C. No obstante, la aparición de los primeros fieles budistas en Camboya es anterior, ya que tuvo lugar en el siglo V a.C.

Los seguidores de esta corriente se consideran depositarios de las enseñanzas originales de Siddharta Gautama (Buda). Esta doctrina permite alcanzar el Nirvana, que es la liberación definitiva del ciclo de reencarnaciones o samsara. Para lograrlo, observan el siguiente precepto del venerado príncipe nepalí: “Iluminaos por vosotros mismos, labrad vuestra salvación con diligencia”, lo que confiere un enfoque individualista a esta doctrina, puesto que la responsabilidad del crecimiento personal depende única y exclusivamente de cada uno de nosotros.

Además de ser la opción mayoritaria en Camboya, esta forma de budismo también se manifiesta en otros países del sudeste asiático, como Sri Lanka, Tailandia, Myanmar, Laos o Vietnam. En total, se estima que unos 124 millones de personas en todo el mundo tienen como religión la rama theravada del budismo.

En cualquier caso, en Camboya hay también una minoría de musulmanes cham y de practicantes de ritos animistas.

CONOCER UNA DE LAS CIUDADES FLOTANTES DEL TONLÉ SAP

Visita el mayor lago de agua dulce del sudeste asiático

El Tonlé Sap (literalmente 'lago Sap') se encuentra en Camboya y tiene una extensión variable que puede oscilar entre los 2.500 km² —en la época más seca— hasta los más de 20.000 km² durante la época de lluvias. Este lago se alimenta de numerosos afluentes que llegan de todas partes, y da lugar además en su zona sur al río Sap, que fluye hasta unirse con el río Mekong para terminar desembocando ya en territorio vietnamita. El lago Sap conforma el mayor ecosistema hídrico del sudeste asiático, con una gran biodiversidad, y estuvo muy vinculado además al complejo arqueológico de los templos de Angkor.

Gran parte de la gente que reside en las casas flotantes del lago tienen origen vietnamita, viven principalmente de la pesca y toda su vida cotidiana gira alrededor del medio acuático. Existen varias aldeas flotantes cercanas a Siem Reap que pueden visitarse contratando algún circuito programado, así como algunas otras algo más alejadas, como la de Kompong Khleang, una de las mayores comunidades humanas que se agrupan en este lago.

¿Sabías que...

…durante la época de los monzones el río Sap invierte el curso del agua, portando el agua en dirección contraria a su sentido habitual?

Este curioso fenómeno, que sólo se produce aquí y en el río Nilo, es consecuencia de las abundantes lluvias que se acumulan durante los monzones –entre junio y diciembre – en el río Sap y en el Mekong, provocando además una espectacular crecida del tamaño del lago Tonlé Sap. La normalización del sentido de la corriente acuática, que aporta grandes beneficios a las comunidades que allí habitan, es celebrada con la Fiesta del Agua.

PRESENCIAR ESPECTÁCULO DE PHARE, CAMBODIAN CIRCUS, EN SIEM REAP

Contempla acrobacias y malabares imposibles de la mano de jóvenes artistas locales

¿Quién dijo que los templos de Angkor eran la única atracción turística de Siem Reap? Aunque es cierto que esta joya arqueológica es el buque insignia por antonomasia de Camboya, esta localidad también encierra otras sorpresas capaces de sorprender gratamente al recién llegado. Y los fascinantes espectáculos de Phare, Cambodian Circus, son una de ellas.

Además de ofrecer una variada oferta de números de humor, mímica, malabarismos y acrobacias al más puro estilo del Cirque du Soleil, este original circo da a conocer talento de artistas camboyanos con una historia de superación a sus espaldas.

De hecho, los actores y actrices que participan en los shows diarios de Phare

se han formado en Phare Ponleu Slepak (PPS), una asociación que apuesta por educar a través del arte en la ciudad de Battambang. Los alumnos son jóvenes abandonados, atendidos en orfelinatos o nacidos en el seno de familias desestructuradas. Surgida hace más de dos décadas, esta organización fue fundada por nueve niños y su profesor de arte, después de regresar a sus hogares procedentes de campos de refugiados tras la caída de los Jemeres Rojos.

En un primer momento, se crearon una escuela de arte privada y otra pública para brindar formación gratuita, y que actualmente acoge a unos 1.200 estudiantes. Le siguieron una escuela de música y teatro y, por último, la escuela de circo que ha acogido a los artistas que verás en escena.

Si quieres aprovechar al máximo tu estancia en Siem Reap, te invitamos a que vuelvas a sentirte como un niño bajo la carpa de un circo, mientras das apoyo a una iniciativa altruista y con una clara motivación social. ¡No te lo pierdas!

¿Sabías que...

…se estima que entre 1,5 y 3 millones de camboyanos perdieron la vida entre 1975 y 1979, bajo el régimen de terror instaurado por los Jemeres Rojos?

Durante estos cuatro años, Pol Pot y sus colaboradores trataron de poner en marcha una utopía socialista basada en el ideario maoísta y estalinista y sustentada en el trabajo agrario. De ahí que, en 1975, 2 millones de personas residentes en las ciudades —las llamadas gentes del 17 de abril— fueran trasladados al campo engañados.

Una vez allí, y tras ser instalados en comunas, los trabajos forzados generalizados —sólo se permitía una jornada de descanso cada 10 o 15 días—, la malnutrición, las torturas y las ejecuciones masivas y arbitrarias —algunas de ellas motivadas por el mero hecho de saber leer, necesitar gafas o llevar una ortodoncia— acabaron con la cuarta parte de la población del país.

En 1979, la invasión de Camboya a manos de las tropas vietnamitas puso fin al régimen de Pol Pot, quien fue sentenciado a muerte en rebeldía. Sin embargo, el exdictador fallecería a causa de un paro cardíaco en 1998, a los 72 años de edad.

Hasta la fecha, se han descubierto más de 20.000 fosas comunes de ciudadanos represaliados, la mayoría de las cuales salieron a la luz entre 1995 y 1996. Actualmente, Camboya es el país del mundo con un mayor número de personas desaparecidas. 

Guía de
China

No es tarea fácil condensar en tan pocas líneas las incontables virtudes del país más poblado del mundo —da cabida a más de 1.350 millones de habitantes— y al tercero más extenso del planeta. De hecho, China cuenta con la mayor frontera existente, de 22.117 km, que limita con la cifra récord de 14 naciones: Vietnam, Laos, Myanmar, India, Bután, Nepal, Pakistán, Afganistán, Tayikistán, Kirguistán, Kazajstán, Rusia, Mongolia y Corea del Norte. Casi nada…

De ahí la gran variedad de paisajes que vertebran su generosa geografía. El abanico es prácticamente inagotable: las llanuras aluviales que se extienden junto a las costas del mar Amarillo y el mar de China Oriental, las planicies esteparias de Mongolia Interior, las idílicas colinas de siluetas imposibles que salpican el sur del país, los caudalosos cursos fluviales y los deltas de los dos ríos principales (el Huanghe y el Yangzi), que discurren por el centro-este del territorio chino; las mesetas y las escarpadas cumbres del Himayala en el oeste, los desiertos del Taklamakan y el Gobi… Y es que no es de extrañar que pintores y poetas de todas las épocas hayan quedado fascinados por esta explosión de belleza.

Sin embargo, este magnetismo no sólo es inherente a las maravillas naturales del llamado País del Centro. Prueba de ello son las magníficas y antiquísimas ciudades que, miles de años después de su fundación, siguen hipnotizando al viajero con su vasto patrimonio arquitectónico: Pekín, donde la imponente Ciudad Prohibida y la Gran Muralla continúan desafiando al tiempo; la ciclópea y pujante Shanghái, donde los ecos de la época colonial se funden con impactantes rascacielos futuristas, Xi’an y su soberbio Ejército de Terracota, Pingyao y sus construcciones tradicionales de las dinastías Ming y Qing, Hangzhou y su bucólico lago del Oeste, Shuzhou y sus fotogénicos canales, Luoyang y las rotundas grutas de Longmen, la vibrante y occidentalizada Hong Kong, la espiritual Lhasa…

La razón de este torrente de monumentos y atracciones no admite discusión: posiblemente, China es la civilización viva más antigua del mundo —su primera dinastía imperial conocida, la de los Xia, se remonta al siglo XXI a.C.—, así como un centro de difusión cultural de primer orden, capaz de extender su influencia a algunos de sus vecinos mediante conquistas o bien a través de la recordada Ruta de la Seda. Japón, Corea o Vietnam son sólo dos de los territorios que han bebido con fruición de las artes, la arquitectura, la caligrafía y la filosofía chinas.

En relación con este último punto, no hay que perder de vista que China es la cuna de dos importantísimas corrientes filosóficas: el confucianismo y el taoísmo, así como uno de los países que más contribuyó a la difusión del budismo, que irrumpió en el país en el siglo I de nuestra era.

Artífice de avances que acabarían siendo adoptados en todo el mundo, como el papel, la pasta, la pólvora o la imprenta —su precursor no fue Gutenberg, sino Bi Sheng, quien alumbró su creación en el siglo XI—, la enigmática China sigue cautivando como el primer día. Fieles a sus usos y costumbres, los autodenominados hijos del cielo siguen moviendo el timón de un país que enamorará al visitante, desde el precioso momento en que le den la bienvenida con un cálido y sincero huan ying! (‘bienvenido/a’).

¿Quién podría resistirse?

Marco Polo
¿Sabías que...?

…los primeros europeos en llegar a China no fueron el célebre Marco Polo y sus hombres, sino dos religiosos?

Este viaje pionero fue promovido por el papa Inocencio IV, miembro de la aristocracia mercante genovesa, quien organizó en 1245 la primera misión diplomática europea a la corte del Gran Khan. El objetivo de esta expedición era doble: por un lado, pacificar a los mongoles, y por otro, conseguir que éstos suscribieran una alianza con Roma contra los musulmanes. Los encargados de desplazarse hasta el Karakorum, donde se hallaba la corte mongola, fueron los franciscanos Giovanni da Pian del Carpine, natural de Umbría, y Esteban de Bohemia. Más adelante, otros enviados del sumo pontífice también viajarían a China, así como al Tíbet (a la sazón independiente) y Asia Central.

Por lo tanto, Marco Polo debe conformarse con el honor de ser hijo de uno de los dos primeros mercaderes europeos que pisaron la corte del Gran Khan: Niccolò Polo. Precisamente, este acompañaría a su hijo en un segundo viaje, que les llevó al centro del poder imperial en 1275. A resultas de esta experiencia, Marco Polo acabaría escribiendo una de las más célebres obras de la literatura de viajes de todos los tiempos: Il milione. Pese a todo, hay autores que cuestionan la veracidad de cuanto se narra en el libro, sosteniendo que su autor no fue más allá de Constantinopla (la actual Estambul).

Entre sus páginas, Marco Palo incluía una descripción del suntuoso palacio de Kublai Khan en Pekín, un edificio de mármol con “habitaciones y pasillos dorados extraordinariamente decorados”, según reflejó el mercader en su controvertido relato.

Información útil

Preparando el viaje
Documentación necesaria

Para viajar a China, necesitarás estar en posesión de un pasaporte con una validez mínima de seis meses. Además, excepto para aquellos que viajen directamente a Hong Kong y Macao —en esas dos ciudades no se necesita ningún documento adicional en el caso de que la estancia no sea superior a 90 días en cada localidad—, necesitarás tramitar un visado de turismo.

Este tipo de visado, que te permite disfrutar de una estancia máxima de 60 días, tiene 90 días de validez. Es recomendable que verifiques, antes del viaje, la validez del visado ya que, en caso de permanecer en territorio chino con el visado ya expirado, recibirás una sanción mínima de 500 yuanes (alrededor de 50 euros) por estancia ilegal en China, hasta un límite de 5000 yuanes (unos 500 euros), o serás detenido entre tres y 10 días.

Puedes solicitar el visado turístico tanto en la Embajada de China en España (C/ Arturo Soria, 113, Madrid) como en el Consulado General (Av. Tibidabo, 34, Barcelona), así como en Hong Kong, Macao o Shenzhen (puedes consultar los detalles en la página del Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación de España). Por la vía ordinaria, se tramita en unos cinco días hábiles. Además, deberás solicitarlo presencialmente (aunque no es necesario que la gestión la realice la persona interesada), presentando el pasaporte, cumplimentando el formulario correspondiente y adjuntando una foto de carnet. En cualquier caso, hay algunas agencias de viajes que se hacen cargo de todas las gestiones.

De todos modos, ten presente que el visado turístico no permite acceso a la Región Autónoma del Tíbet. Para ello, será necesario solicitar un permiso especial para viajar a la zona. El único modo de obtenerlo es a través de una agencia de viajes, que lo tramitará e incluirá su precio en el coste de tu viaje. Aunque las tasas son económicas, el monto se dispara por la burocracia que lleva asociada, por lo que el precio final puede llegar a superar incluso al del propio visado. Si accedes al Tïbet en avión, estar en posesión del billete ya implica que el permiso ha sido concedido. En cambio, si lo haces en tren, deberás tener la autorización a mano, para mostrarla a las autoridades cuando te la soliciten. Los viajeros que accedan sin permiso pueden ser duramente castigados, incluso con penas incluso de prisión.

Asimismo, algunas zonas de China tienen prohibido el acceso a los ciudadanos y ciudadanas extranjeros, como ciertas áreas de las provincias de Xinjiang, Qinghai, Heilongjiang y Mongolia Interior.

En caso de viajar a Hong Kong y Macao y luego regresar de nuevo a China, deberás estar provisto de un visado de dos entradas, o bien, en caso de poseer un visado de una sola entrada, tendrás que solicitar un nuevo visado para volver a entrar en China continental. En este sentido, no olvides que es bastante difícil obtener un visado de turismo multientradas.

Vacunas y salud

No hay ninguna vacuna obligatoria, aunque son muy recomendables las vacunas contra el tétanos y la poliomielitis. Además, dependiendo de la zona que vayas a visitar, son aconsejables las de la difteria, la fiebre tifoidea y la hepatitis A y B.

Por otro lado, se exige el certificado de vacunación de fiebre amarilla para los extranjeros provenientes de países con riesgo de tener esa enfermedad, si bien no se aconseja la vacunación para viajar al país.

También debes considerar que existe el riesgo de contraer la malaria en la isla de Hainan y la provincia de Yunnan, así como en algunas provincias meridionales hay riesgo. En cualquier caso, no existe riesgo de malaria en las zonas urbanas y por encima de los 1.500 m de altitud.

Finalmente, si viajes a Yunnan, Hainan, Guangxi y Guizhou se aconseja la vacuna contra la encefalitis japonesa si tienes previsto visitar zonas rurales.

En cuanto a las condiciones sanitarias de China, éstas son las propias de un país en vías de desarrollo. En las grandes ciudades hay centros hospitalarios, con departamentos para extranjeros, donde se presta todo tipo de asistencia sanitaria, incluso operaciones quirúrgicas de cierta importancia. No obstante, en los municipios más reducidos y en las zonas rurales la asistencia médica es bastante precaria. Del mismo modo, te recomendamos consumir agua embotellada y evitar alimentos poco cocinados.

Para cualquier información adicional, puedes dirigirte a tu centro de salud más cercano.

Ropa y material recomendados

A pesar de que la extensión del China es prácticamente idéntica a la del continente europeo —lo que explica su diversidad climática—, el país se extiende principalmente en las zonas templadas y subtropicales. En general, el este, el sur y el suroeste son áreas cálidas, húmedas y lluviosas. En cambio, el norte es seco y ventoso.

Si viajas en primavera y en otoño, te recomendamos que lleves una chaqueta o un jersey sobre ropa ligera. En verano, lo mejor es apostar por prendas de algodón que sean frescas. Por último, en invierno deberás optar por prendas de abrigo, especialmente en el norte del país, donde deberás tener siempre a mano un abrigo de lana o una parka. Sin ir más lejos, los inviernos suelen ser duros en la capital, Pekín, al igual que ocurre con la nieve.

En cuanto a las precipitaciones, los últimos días de la primavera y el verano acostumbran a ser bastante lluviosos, sobre todo en las provincias del sur, por lo que te aconsejamos meter en tu maleta un paraguas o un buen chubasquero.

Por último, no te olvides de elegir un calzado cómodo. Si vas a visitar la Gran Muralla, apuesta ese día por unas zapatillas deportivas (nunca chanclas o zapatos abiertos) y, si la visita se produce en verano, pon en tu bolsa una gorra, gafas de sol y protección solar.

Diferencia horaria

La hora oficial en China a lo largo de todo el año es GMT+8. Por lo tanto, son seis horas más que en la España peninsular y Baleares durante el horario de verano (de finales de marzo a finales de octubre) y siete horas más durante los meses restantes.

En el destino
Moneda

La moneda

oficial de China es el renminbi o (en mandarín simplificado, 人民币, que significa ‘moneda del pueblo’,) o yuan. Un euro equivale a 8,5 yuanes, aproximadamente. Tanto los euros como los dólares estadounidenses se pueden cambiar sin problemas en los bancos y oficinas de cambio oficiales (para ellos, deberás mostrar tu pasaporte en el momento de hacer la operación). Asimismo, los principales hoteles también ofrecen este servicio, aunque el tipo de cambio aplicado suele ser menos ventajoso.

Asimismo, algunos hoteles exigen a sus huéspedes un depósito durante su estancia que, por lo general, debe abonarse en yuanes, aunque a veces también aceptan los euros si la cantidad ofrecida es superior a la que nos piden.

En cuanto al uso de las tarjetas de crédito, éstas suelen admitirse en las grandes ciudades y en los hoteles para extranjeros.

Idioma

El idioma oficial de China es el mandarín, hablado en el norte, el centro y suroeste de la China continental y en Taiwán. En total, lo conocen unos 1.197 millones de hablantes, lo que equivale a

1 de cada 7 habitantes de la Tierra. Para escribirlo, se puede utilizar el sistema de escritura tradicional (vigente en Taiwán) o bien simplificado (que es el más habitual en la República Popular China).

No obstante, el territorio chino también cuenta con otras lenguas de gran importancia, como el wu, hablado por 77 millones de personas; el min, utilizado por 70 millones —sobre todo en el sur de Fujian y en Taiwán— y el cantonés, propio de otros 71 millones de chinos. La variante estándar de este último idioma es una de las lenguas oficiales de las Regiones Administrativas Especiales de Hong Kong (junto con el inglés) y Macao (junto con el portugués).

El dominio del inglés por parte de la población es bastante bajo o inexistente, aunque mejora en las grandes ciudades (como Shanghái, Pekín o Xi’an) y entre los más jóvenes, así como en los hoteles, mercados y otros servicios dirigidos al turismo internacional. En las área rurales y entre la gente de edad avanzada, el nivel de conocimiento de esta lengua es prácticamente nulo.

Electricidad

La corriente eléctrica en China funciona a 220V/50HZ. No obstante, los enchufes son diferentes de los de España, por lo que te aconsejamos que pongas en tu maleta un adaptador de enchufe universal con distintos tipos de patillas. En cualquier caso, si te olvidas de traerlo de casa, podrás encontrarlo fácilmente en numerosas tiendas de todo el país y en la mayoría de los hoteles.

Tasas del país

No hay que abonar ninguna tasa para salir del país.

Compras

Si visitas China, recuerda que su capital, Pekín, sigue destacando por su artesanía tradicional, centrada en la producción de alfombras, porcelana, cloissoné, esculturas y joyas de jade, marfil y realizadas con perlas de río. Por su parte, la ciudad de Hangzhou es muy conocida por la seda y el cultivo de té. Asimismo, otro de los objetos que no faltan en las tiendas de recuerdos de todo el país es el famoso Libro Rojo de Mao Zedong (disponible en mandarín e inglés), así como las antigüedades, los trabajos de caligrafía y las reproducciones exactas de primeras marcas de moda y complementos.

Aduanas

No se permite introducir en China o sacar del país animales, vegetales y comida, tales como embutidos, carne cruda, frutas, insectos, huevos, leche y sus derivados y otros productos efímeros. Asimismo, se prevén durísimas penas en caso de tenencia de armas y munición, material pornográfico, drogas ilegales y narcóticos tóxicos.

Al entrar, no podrás entrar en China con más de 20.000 yuanes en efectivo (y en cualquier caso, deberás notificar que traes moneda nacional). Asimismo, si llevas contigo objetos de un valor superior a 2.000 yuanes, 500 g de tabaco (o más), o de 1,5 litros de alcohol en adelante, tendrás que declarar estos bienes.

No hay restricciones específicas a la importación de moneda extranjera. No obstante, si sacas del país 20.000 yuanes o más, o bien el equivalente a 5.000 dólares de EE.UU., deberás declararlo, cumplimentando el correspondiente formulario de aduanas, por duplicado. De este modo, al salir del país, podrás acreditar la antigua posesión de cualquier cantidad sobrante, en previsión de un posible control aduanero. Lo mismo ocurre con el oro, la plata y otros metales preciosos.

Guía de
Camboya

Adentrarse en Camboya es sinónimo de hacer un fascinante viaje en el tiempo. Y no sólo por los espectaculares templos angkorianos que salpican su geografía, testigos mudos del esplendor que insuflaron los monarcas jemeres, sino también por la pervivencia de numerosas actividades tradicionales que siguen articulando la vida en el campo.

Y es que poco han variado sus usos y costumbres a lo largo de los siglos: dedicados a una vida rural y sencilla, ajenos a las prisas y sin abandonar sus variedades dialectales o su lengua materna, las gentes de la Camboya más auténtica siguen fascinando y cautivando al viajero.

Todo ello sin olvidar la gran variedad paisajística de este seductor país asiático, en la que no faltan las grandes extensiones selváticas, los lagos de origen volcánico, las playas de arena blanca moteadas de cocoteros y las islas deshabitadas.

Camboya es cuanto queda del desaparecido Imperio jemer, que llegó a abrazar la actual Tailandia y gran parte de Indochina. Éste alcanzó su momento de máximo apogeo en el siglo XII, aunque las presiones de las naciones vecinas acabaron precipitando su ocaso. De este floreciente período han sobrevivido las construcciones de Angkor Wat, un complejo de templos más amplio y extenso que el de Karnak, en Egipto.

En 1863, los franceses establecieron un protectorado que puso fin a las luchas entre tais y annamitas, y en 1887, Camboya, Cochinchina, Annam y Tonquín fueron federados por los colonos galos bajo un gobernador general común.

Ocupada por Japón durante la Segunda Guerra Mundial, Camboya se convirtió en una monarquía constitucional en 1947 y, dos años más tarde, el país recuperó su soberanía formal como Estado asociado dentro de la Unión Francesa. No obstante, la asnsiada independencia no llegaría hasta los acuerdos de Ginebra, celebrados en julio de 1954. Detrás de este hito se encuentra el rey Norodom Sihanouk (1922-2012).

En 1970, el monarca sería depuesto por el Parlamento, que instauró una república proamericana. En esa misma fecha estallaría la guerra, imbricada en el conflicto bélico que libraban Vietnam y Laos. La contienda finalizó en 1975 con la victoria el bando comunista, auspiciado por la República Popular China. A partir de entonces, y hasta 1979, el país padecería el azote de Pol Pot y de los Jemeres Rojos. El 6 de enero de este año, el ejército vietnamita, armado por la URSS, invadió la Kampuchea Democrática dirigida por el sanguinario dictador. Tras este episodio, Camboya dejó de existir y fue absorbida por Vietnam, cuyas tropas permanecerían en suelo jemer hasta septiembre de 1989.

Con la muerte de Pol Pot en 1998 y la rendición de los últimos Jemeres Rojos al año siguiente, la mayoría de las tropas rebeldes acabarían integrándose en la milicia camboyana.

En este período de paz, Camboya ha experimentado un desarrollo tímido, aunque firme, auspiciado por el turismo: una actividad en auge, por los incontables motivos que podrás conocer durante tu paso por esta tierra de leyenda.

Susadey!
Alfabeto jemer
¿Sabías que...

…el alfabeto de le lengua camboyana o jemer —el idioma oficial de Camboya, cuyo número de hablantes oscila entre los 16 y los 23 millones— es el abecedario que tiene más letras del mundo?

Aunque pueda resultar desconcertante, esta lengua exige el uso de 72 letras, de las cuales 32 son vocales (con lo sencillo que es aquello de a, e, i, o, u, ¿verdad?).

No obstante, este no es la única particularidad del jemer. En efecto, también está considerado como uno de los idiomas vivos más antiguos del planeta. Se sabe que deriva del sánscrito y el pali, de la familia lingüística malaya denominada monjemer. Ésta cuenta a su vez con un gran número de dialectos hablados en Tailandia, Myanmar, Laos y Vietnam, así como en Camboya.

Información práctica

Consejos para preparar tu viaje
Documentación necesaria

Para entrar en Camboya, necesitas un pasaporte con una validez mínima de seis meses y un visado, que se concede para una estancia máxima de hasta tres meses.

Puedes obtener el visado de una sola entrada en la frontera camboyana terrestre o bien en los aeropuertos. Para poder tramitar este documento, es necesario presentar el pasaporte y dos fotos de carnet. El precio de la gestión es de 20 dólares estadounidenses.

Vacunas y salud

No hay ninguna vacuna obligatoria para viajar a Camboya, De todos modos, las autoridades sanitarias recomiendan la vacunación contra el tétanos, la encefalitis japonesa, la hepatitis A y B y el tifus, así como la vacuna antirrábica.

Por lo que respecta a las cuestiones sanitarias, no debes beber agua que no sea embotellada. Asimismo, las verduras y frutas deben comerse previamente lavadas con agua y algún desinfectante, o bien peladas.

Por otro lado, Camboya es zona de malaria y dengue, especialmente en la frontera con Tailandia y en las regiones del norte. Por esta razón se recomienda la ingesta de pastillas antipalúdicas y adoptar precauciones contra los mosquitos.

A su vez, existe el riesgo de contraer esquistosomiasis, una dolencia ocasionada por cierto tipo de gusanos con los que se entra en contacto al nadar o bañarse en agua dulce contaminada, sobre todo en el río Mekong, y opisthorchiasis, una enfermedad originada por determinados gusanos que pueden estar presentes en peces de agua dulce, y que se contrae comiendo pescado contaminado crudo o escasamente cocinado.

Finalmente, se aconseja mantenerse alejados de los mercados de aves, reservas naturales con aves y granjas. La misma precaución debe mantenerse con los cerdos, y tener especial cuidado con la ingesta de huevos, carne de aves y de cerdos, especialmente si son crudos.

Ropa y material recomendados

En tu maleta no puede faltar la ropa de algodón, con prendas que cubran los hombros, brazos y pecho, así los pantalones largos, tanto para poder acceder a los recintos religiosos (en algunos lugares no permiten entrar con las piernas al descubierto), como para protegerte del sol y los insectos. En este sentido, es aconsejable cubrirse todo el cuerpo

al amanecer y el atardecer, que son los dos momentos del día en que los mosquitos están más activos.

Asimismo, también es recomendable que tengas a mano calzado cerrado y resistente para caminar, que te será muy útil para hacer trekking y visitar Angkor.

Para las zonas de montaña, como los Cardamomos o la cordillera del Elefante, debes combinar ropa ligera y de abrigo, ya que suelen producirse cambios bruscos de temperatura, especialmente por la noche. También puede resultarte muy útil introducir en tu equipaje un chubasquero o un paraguas, especialmente sin tu viaje tiene lugar en septiembre, que es el mes más lluvioso del año.

Si tienes pensado realizar excursiones, procura llevar contigo una gorra o sombrero, gafas de sol, protector solar, una chaqueta impermeable, líquido en abundancia (para prevenir posibles episodios de deshidratación en lugares como Angkor) y un repelente antimosquitos con un contenido superior al 35% de DEET.

Por último, se recomienda traer desde España un pequeño botiquín con analgésicos, antibióticos, antisépticos, antiestamínicos, antidiarréticos y lociones calmantes contra picaduras y alergias.

En la medida de lo posible, intenta tener en tu bolso o mochila cuadernos, lápices y bolígrafos, ya que los maestros de las escuelas rurales los repartirán entre los niños y niñas.

Diferencia horaria

La hora oficial en Camboya a lo largo de todo el año es GMT+7. Por lo tanto, hay seis horas más de diferencia con la España peninsular y Baleares durante el horario de invierno (de finales de octubre a finales de marzo) y cinco horas más durante los meses restantes.

En el destino
Moneda

La moneda oficial de Camboya es el riel (KHR), que se subdivide en 100 sens (aproximadamente, 4,5 rieles equivalen a un euro). Actualmente, circulan billetes de 5, 50, 100, 200, 500 y 1.000 rieles.

No obstante, los dólares estadounidenses también se aceptan como forma de pago en gran parte del país y, además, pueden obtenerse sin problemas en Phnom Penh, la capital camboyana. No obstante, a la hora de recibir el cambio en dólares, debes estar muy atento/a, ya que circulan por Camboya una cantidad considerable de billetes en dólares falsos, de todos los valores faciales.

Asimismo, es posible pagar con el bhat tailandés y el dong vietnamita, aunque con restricciones. Incluso, en algunos bancos, ambos se pueden cambiar por cualquier tipo de moneda fuerte de otros países.

Si estás en alguna de las principales ciudades camboyanas, podrás obtener dinero en metálico con tu tarjeta de crédito, a pesar de que las comisiones acostumbran a ser muy elevadas. No obstante, en Camboya no hay cajeros automáticos y no es habitual que se acepten las tarjetas de crédito como medio de pago.

Finalmente, los cheques de viaje sólo pueden ser canjeados con cierta facilidad a Phnom Penh.

En Camboya, sólo se pueden cambiar euros en el Banco Público Camboyano (otras entidades aún no aceptan esta divisa), y en Siem Reap, en el Banco Mekong y el Banco Camboyano.

Idioma

Aunque el jemer es la lengua oficial de Camboya, parte de la población también domina francés y el inglés.

Este último se ha convertido con rapidez en el segundo idioma del país por delante del francés, que sigue siendo utilizado por muchos ciudadanos y ciudadanos (sobre todo aquellos que fueron escolarizados antes de los años setenta).

Electricidad

Al igual que en España, la corriente eléctrica en Camboya es de 220 voltios y 50 Hz. Además, los enchufes que se utilizan son los mismos que en nuestro país (tienen dos clavijas redondas), por lo que no necesitarás adaptador.

Por otro lado, a pesar de que en Phnom Penh y Siem Reap el suministro es aceptable, en otras zonas del país son frecuentes los cortes de luz.

Tasas del país

Al abandonar el país, tendrás que abonar en efectivo una tasa salida de unos 25 dólares estadounidenses. En los aeropuertos de Phnom Penh y Siem Reap, también se permite efectuar el pago con tarjeta de crédito.

Compras

Sin duda, los productos más típicos son las artesanías, especialmente los tejidos de seda, los trabajos de forja y las tallas de madera. Después de décadas de ostracismo, los camboyanos están reprendiendo con entusiasmo estas actividades de siempre.

Asimismo, en muchos mercados y establecimientos callejeros, es relativamente sencillo encontrar artículos como objetos de plata y otras joyas, piedras preciosas, tejidos artesanales confeccionados en lamé de oro y plata, cerámica, máscaras en papel maché, copias de antiguas piezas de arte jemer realizadas en piedra, figuras de bronce y latón, pinturas al óleo o sobre papel de arroz y los típicos kramas.

El krama es el traje tradicional camboyano, tanto para hombres como para mujeres, y consiste en un vestido largo y estrecho de seda o algodón. Podrás conseguir uno fácilmente en la mayoría de los mercados y tiendas del país.

Si deseas adquirir joyería durante tu viaje a Camboya, ten en cuenta que los productos están por debajo estándares internacionales, tanto en diseño como en ejecución.

Un lugar perfecto para hacer compras es el mercado de Siem Reap, donde podrás adquirir desde cajas y saleros de plata hasta planchas de hierro fundido.

Aduanas

Los pasajeros mayores de 18 años pueden importar libremente 200 cigarrillos o la cantidad equivalente de tabaco, así como una botella abierta de licor y de perfume para uso personal.

No existe ningún límite para entrada de divisas, pero es obligatoria su declaración en caso cantidades de cierta importancia. Sin embargo, ten en cuenta que está prohibido introducir o sacar rieles de Camboya.

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